Al principio me sentí muy indispuesta porque me pareció que todo fue ajeno. Los primeros dos días fueron muy difíciles para mí porque conocí a muchas personas nuevas . Por ejemplo el jueves quedé con toda familia de Alba (pero solo la familia de la madre de Alba). Fueron unas veinte personas, es decir que conocí veinte nuevas carácteres así como veinte nuevos nombres. Pero al final el encuentro familiar en un restaurante fue muy divertido y también muy interesante. Además podía hablar Español y saber muchas otras cosas que no sabía antes. Despues de unos días me sentí muy integrada y me encontré bien. Durante de los diez días la relación con la familia de Alba y con Alba misma también se desarrolló muy bien, hasta fueron como mi propia familia.
Al final de mi viaje por Santiago de Compostela no quería volver a mi casa en Düsseldorf porque la familia creció en mi corazón y Alba es como una hermana para mí. Estuve muy triste que el viaje terminó. Espero quedar con Alba muchas otras veces. Echo de menos a ella.
Creo al principio es muy difícil para inmigrantes (y también otras personas como estudiantes etc.) intimar con nuevas personas y otras tradiciones. Claro que sí que uno echa de menos a su país natal. Pero después de cierto tiempo puede mejorar. Hasta que uno no quiere volver a su patria. Además, con el tiempo uno conoce más personas que viven en este país y quiere mucho a estas personas. Ellos ayudan a él/ella al llegar al nuevo país con otra lengua y otras tradiciones. Pues pronto va a ser su segunda patria.